La historia de los Guns N’ Roses con Bogotá tenía un oscuro y muy lluvioso precedente. Aquel 29 de noviembre de 1992, cuando la banda estaba en su momento cumbre, pisó por primera vez Colombia. Cinco años antes había lanzado su mítico Appetite for Destruction ―de ese álbum hacen parte éxitos como Welcome to the Jungle y Paradise City―. Eran los 90 y los Guns eras estrellas globales.
En 2016, los Guns N’ Roses regresaron a Colombia. Esa vez fue Medellín la ciudad elegida para vibrar con los amos del hard rock. Seis años después, la jungla iba a ser liberada nuevamente en Bogotá.
La noche del 11 de octubre de 2022 pasó a la historia como el regreso de los Guns N’ Roses a Bogotá. El público rockero no defraudó y llenó completamente el estadio El Campín. Miles de fanáticos se preparaban para saldar una deuda de casi 30 años, mientras que otros estaban listos para ver por primera vez en vivo a la agrupación liderada por Axl Rose, Slash y Duff McKagan.
Contrario a lo ocurrido en noviembre de 1992, el reciente concierto de los Guns brilló por una organización impecable, desde el ingreso al estadio hasta el cumplimiento del horario establecido. A las 6:30 p. m., Aterciopelados subió a la tarima para abrir el show. Clásicos como Bolero falaz, Florecita roquera y Maligno fueron coreadas por todo el público. Después de todo, se trata de una banda emblemática del rock nacional.
A las 8:00 p. m., las luces anunciaban que los Guns estaban a punto de hacer su entrada. Las pantallas corrieron el video introductorio y la euforia se apoderó del recinto. Fue It’s so easy la canción con la que inició un show que se extendió por casi tres horas. Axl Rose, Duff McKagan, Dizzy Reed y Slash se imponían por segunda vez en El Campín, pues ya habían venido en 1992. Richard Fortus en la guitarra, Frank Ferrer en la batería y Melissa Reese en los teclados, los coros se unieron posteriormente a la banda y cerraron la alineación que se presentó en esta primera fecha en Colombia.
No es un secreto que la voz de Axl Rose ha cambiado con los años. Era inevitable. Pero su esfuerzo es algo digno de aplaudir. Ya no es aquel joven que corría por toda la tarima, se quitaba la camisa y matizaba su voz entre los graves y agudos que caracterizan su estilo de canto, pero a sus 60 años todavía demuestra por qué es considerado como uno de los mejores cantantes del rock.
Hubo momentos en los que le costaba, pero cada nota desataba el estruendoso reconocimiento de los miles de asistentes que llenaron el estadio. Axl sigue fiel a su estilo, había un cambio de chaqueta casi que en cada canción y su vitalidad demuestra el espíritu del rock.
Por supuesto, las intervenciones instrumentales no podían faltar. Los Guns N’ Roses siempre han destacado por ser músicos virtuosos. Slash, uno de los guitarristas más respetados y admirados en el género, tuvo varios momentos de protagonismo. El sonido de su guitarra es inconfundible y ahora se suma como un periodo de apoyo para dar descanso a la voz de Axl, quien la exige al máximo con cada canción.
Del Use your illusion II (1991) salió Civil war, una de las canciones más exitosas de los Guns N’ Roses y con mayor significado tras su letra. Durante todo el show, dos banderas de Ucrania ondeaban a cada lado de la tarima y daban una pista clara: el tema iba a ser interpretado en homenaje al conflicto con Rusia.
“I don’t need your civil war, it feeds the rich while it buries the poor” (yo no necesito tu guerra civil, alimenta a los ricos mientras entierra a los pobres), dice un aparte de la canción. Las pantallas también mostraban la bandera ucraniana mientras miles de voces se unían para cantar por el fin de la guerra.
La deuda quedó saldada. Los Guns N’ Roses otorgaron un show impecable y éxitos como Don’t Cry, Knockin’ on Heaven’s Door, Novembrer Rain, Live and let die y Patience no faltaron en su setlist. Ahora, los fanáticos de la banda se preparan para una nueva fecha que se cumplirá en la noche de este miércoles 12 de octubre.